El encaje de Cataluña en España mejorará en el momento en que el encaje de España en Cataluña también mejore.
El fracaso de la independencia impulsada por menos de la mitad de catalanes ha demostrado que la interdependencia de Cataluña, no solo con el resto de España sino también con Europa, es inexorable. Ése es, a mi juicio, el punto de partida de un proceso de negociación para una nueva relación de todos los catalanes con el resto de España y viceversa. Para ello, los dos encajes han de ser tenidos en cuenta, cambiando una aproximación de bueno-malo / ganar-perder (generando listados interminables de agravios reales o inventados) a un nuevo esquema de bueno-bueno / ganar-ganar, que es el que llevó al éxito de nuestra Constitución y a su aprobación por una mayoría abrumadora.
Esto obliga a un cambio de paradigmas. Es obvio que nunca se encontrará el doble encaje bajo el paradigma de una región egoísta y cicatera oprimida por un país retrógrado, casposo y franquista. Pero sí se puede lograr el encaje de una Cataluña próspera, innovadora, modernista y vanguardista en la cuarta potencia europea, país de referencia a nivel mundial en aspectos tan diversos como la gastronomía, el turismo, el deporte, los trasplantes, las energías renovables o las infraestructuras; origen de uno de los idiomas más hablados en el mundo, puente con Europa, África y Latinoamérica, respetuoso con la libertad, uno de los más descentralizados del mundo y con el que tiene una historia común (con sus encuentros y desencuentros) desde hace más de 500 años.
Si el esquema de negociación es ganar derechos de una parte a costa de la otra (suma cero), esta última no tendrá ningún incentivo para conceder lo que la primera desea. En este momento crítico que vivimos es básico generar puntos de confianza desde la lealtad institucional, reconociendo recíprocamente todas las bondades que una parte proporciona a la otra. Así identificaremos los problemas e ineficiencias que existen para ofrecer soluciones mediante la búsqueda de un beneficio global. Si no le doy valor a mi interlocutor, no hay lugar para el diálogo. Solo existe el conflicto. Sin embargo, con honestidad, cada nivel de Administración (central y catalana) podría aportar al beneficio de la otra, gestionando desde el organismo que, por su naturaleza, facilite mayor beneficio al ciudadano (que es el centro de cualquier política).
Por tanto, si los separatistas, una vez constatado el fracaso de su declaración unilateral de independencia, quieren aprovechar el caos generado en los últimos años para obtener un acuerdo ventajoso, únicamente para ellos, como paso intermedio (otra vez) hacia la secesión, el resto de España no va a tener ningún aliciente para apoyar sus reivindicaciones. Más bien al contrario, tendrá todos los incentivos para vetar propuestas que a corto, medio o largo plazo vayan a ser perjudiciales para sus intereses.
En ese proceso de negociación, el objetivo no tiene que estar en apriorismos de más “centralización” o “descentralización”, ya que las estructuras no se pueden considerar fines en sí mismas, sino mecanismos para lograr el incremento de derechos y bienestar para sus ciudadanos. Los sistemas descentralizados cuentan con amplias ventajas para acercar la gestión a las necesidades existentes, pero al mismo tiempo requieren de plena lealtad y cooperación sincera entre diferentes instituciones, puesto que hay que evitar fronteras artificiales que perjudiquen a las personas y provoquen que los gobiernos les presten peores servicios de los que tendrían derecho en el caso de no existir dichas estructuras.
Por favor, no nos dejemos engañar por astultos (estultos que se creen astutos) y abramos paso al raciocinio y la voluntad de trabajar juntos por las personas, ya que así, y solo así, trabajaremos junts per Catalunya, junts per Espanya y junts per Europa. Si no lo hacemos así, pondremos en peligro lo que tanto nos ha costado obtener.
Como cantaba Juanes, “nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes” (y ya se ha perdido mucho… no solo empresas que cambian de sede). Mirémonos a los ojos, descubramos el inmenso valor de lo que tenemos y trabajemos juntos por mejorarlo.
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